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A vueltas con el monumento.

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El sábado (06.07.19) me fui a ver en Segovia la exposición Reconsiderando el monumento en el Palacio de Quintanar. Fui con Marta Pérez Ibáñez, Esther García Urquijo, Adrián Piera y Miguel Cereceda, el comisario de la misma. Tendría que haber venido también Avelino Salas pero al final no apareció en nuestro punto de encuentro. Tampoco vino Corina, la eficaz coordinadora y fue una pena.   La exposición es exquisita, una de esas exposiciones que llamo de “cámara” porque su   discreto formato no ha impedido la incorporación de un amplio abanico de variaciones sobre un mismo tema. En este caso, el del monumento, él mismo lo suficientemente grandielocuente como para imponer incluso a sus críticos la grandielocuencia. Cerceda la supo evitar mediante una cuidadosa selección de obras y proyectos que cuestionan al monumento o lo interrogan desde muy diversas perspectivas sin caer nunca en la altisonancia. No lo hace ni siquiera Domingo Sánchez Blanco, una artista tentado siempre por el e

Tomas Ruiz_Rivas

Tomás Ruiz-Rivas es el personaje incómodo por excelencia en el mundo del arte madrileño. Y lo es porque en las últimas tres décadas por lo menos ha sido el impulsor no solo de notables iniciativas y proyectos de autogestion en el ámbito del arte sino porque ha sido un terco defensor de la importancia de los mismos. Él cree - y con razón - que en esta capital existió y aún existe una escena artística alternativa vigorosa y fecunda cuya ex istencia efectiva ha sido sin embargo eclipsada por la sordera de los responsables de las administraciones públicas que deberían haberla apoyado e inclusive por la de los responsables de los museos que tendrían haber contribuido a potenciar su conocimiento por parte de la ciudadanía que los sostiene con sus impuestos. A unos y a otras les escuce que Tomas insista siempre en el auto gobierno, en el principio al que no piensa renunciar que los artistas son los auténticios protagonistas del arte y no los comodines o los figurantes. El texto que sigue aun